Este Blog es una propuesta para el inicio de un intercambio abierto a aquellos interesados en el quehacer poético, tanto lectores como escritores.
La poesía se manifiesta como un impulso de libertad y el poeta padece su soledad frente al mundo convencional.
Por ello es mi deseo llegar a los rincones del mundo y conocer las expresiones de muchos que sueñan y defienden la poesía.
Aquí presento mi realidad, mi historia, los seres que me acompañaron y acompañan en este viaje realizado con amor y pasión.
Los invito entonces a recorrer estas páginas y confío conocer, por medio de este sitio virtual, la poesía y las expresiones culturales de otros pueblos.
Los saludo y espero su presencia.

viernes, 10 de julio de 2009

LA GUERRA EN LA FLOR DEL AIRE (Interlínea, Buenos Aires, 1973)






CANTO PRIMERO

Caballo alazán
canto asirio en las ventanas del mundo.
Yo tengo solamente ríos en tu frente, que van del lago relieve a
la cintura de mi razón.
Cuando salían las embarcaciones, los puertos te dejaban su paz
y allí olías el terror desnudo del océano y allí dios te arrancaba
de tu sueño ligero.

Pasaron vientos diversos por tu espacio entre tanto sueño virgen.
Llegaste…
si lograbas recordar.
El hombre salía de su armadura y en las velas del viento dejaba
pasar su puerta.
Un paso en la greda, donde infinitos destinos se cruzaban, como
el ave de barro.
¡Que nube pesada calló sobre mí!
Tomé el color de los carros que había visto en mi infancia,
Flechas Babilonia.
¿Qué nube, cuando recobré la atmósfera surgió de las
sombras?
Desembarqué…
si lograba recordar cruzadas, fortalezas,
cansancio, odio, espuma.
Los rasgos de los tiempos me quedaban marcados, grabé día y
noche el nuevo rastro.
Yo, que entré en los cañadones perdido por la dulzura del aire y
no pude escapar al cielo, con la lanza en mi costado cruzando la
aurora.
Pude dormir porque todo lo crucé, galopando como un diablo
coronado de escamas cobrizas.
En el valle la tribu descansaba y yo bebía de todos los inciensos
ángeles.
Me alisté para la guerra en la flor de aire, para los conjuros en
voz baja y aquellos alaridos, aquellos tambores…
Después el sudor cayó sobre mi anca con las últimas luces
buenas.

Silencio vastedad…
el trueno que de noche me quiebra es
alivio y templo parta mi sencilla sed.
Porque encontré el eslabón de la verdad.
Si lograra recordad aquél canto.



CANTO SEGUNDO

Hay una mirada que marca todo como una flor que vuela
silenciosa en la imagen del destino.
La morada de aquél que ha visto caer su corazón y la paja que
cobija o que arde cuando no se sabe alzarla.

GRACIAS
mi tibio ser de enjambre se vuelca la espuma de tu
lúpulo sobre mi ansiada paz.

GRACIAS
cuando el vuelo e tus crines deshacen todos los
martirios modernos.

GRACIAS
por la imagen de tu pupila óvalo intenso donde ha
nacido en mí el cosmos único de la alegría.
He conocido mucho sobre tu lago inmaculado en tu suave
marea.
Han caído lluvias sobre la sed de los infiernos una rama precoz a
mi alcance cayó fulminada.
Llanura intemporal de poca memoria el pastizal se hunde en
vahos de impotencia en trastornos de patrias azules.

GRACIAS
Por el sonido y el lamento de un cielo bajo una
maravilla un horror en marcha subterránea.



CANTO TERCERO

Compañera de vendavales
de la magia de las estrellas, del verdor
de la ciencia. Hay un color que no cambia en los ojos si se
responde a la primera luz.
Aquella que ha creído y descreído porque su paso era
inevitable, como una sustancia llevadera en los labios que
ilumina.
Aquella que cabalgaba en los silencios, mientras se nutría de
todos los ritmos del universo que la despertaban a las corrientes.

Y es de golpe el viento
que suelta el sopor de los muertos,
porque la muerte ha pasado por tantos siglos que no llegan…

Es aquella que ha subido a las altas piedras de la religión del sol,
aquella que ha golpeado el tambor, que ha tratado y reclamado
el paisaje como un germen por escuchar.

Y es dios, caballo, espuma de los demonios, de las fieras, de las
aves sagaces, de los sauces dormidos en el aire de la materia.
Y es filamento
duración
incienso que trenza y destrenza el polvo
en armonía.



1 comentario:

galactica dijo...

Hola Elida: te dejo un comentario por La Guerra en la Flor del Aire, que no conocía,. Ya sabés que me gustan mucho Gracia-Torcaza y Manantiales Que Reinan. Aquí la catarata de imágenes es increíble, es poesía pura y a la vez con muchas lecturas, sobre todo ecológicas. Te mando un beso grande y te dejo la dirección de mi blog
http://todaslasgalaxias.blogspot.com/ .Besos Irene Marks

OBRA POÉTICA

OBRA PLÁSTICA

LIBRO DE VISITAS


Foto de Daniel Grad, 6 de junio de 2001, La Maga, Ciclo Huasi

Contratapa de "Manantiales que reinan"

"Llegué al Alazán como a un transmisor de historias, memorias suspendidas en un paraje exultante de luz, detenido y desmedido. Él fue y es mi voz, el alma viva de las materias, las ánimas errantes y la claridad de mi conocimiento.
Los parajes, las lagunas, los esteros y los pobladores, los nombres de los caballos son reales, todo sucedió en la Mesopotamia Argentina, en el norte de la Provincia de Corrientes, en un rincón aislado, donde ahora el Alazán vela entre manantiales a la tropilla que se envuelve con su magia."

I

(de "Gracia-Torcaza", 1978)

Entre y cierre la puerta que detrás vienen los presagios.
Aquí no encontrará más que tristeza y pequeñas fatigas
azules buscándose como torres a larga distancia.
Entre y ubíquese en diagonal a las pesadillas, que para
estar tranquilo basta hacer el pan diariamente sin pausa
y retribuirlo para no quedarse solo.
Voy a encender el espectro del bosque.
Necesito una mirada que pueda más que el agua, que el
dominio del tiempo sobre la inteligencia, que ese fuerte
dolor a aguacero en lo sentidos.
Siéntese tal cual ha nacido, Con pocas palabras, que hoy
descubrí un capullo con diez años de antigüedad y conocerá
usted la belleza que nunca ha entrado por los ojos.
¿Siente el roce del planeta?

Pronto desplegará el cielo la fila de perdices, esos privilegios
de invierno en los campos.
Esta soledad que prepara el ángel.

ESTALLA

(de "Manantiales que reinan", 2005)

Golpea Dios
para saciar, rodear
fundir los brotes de luz
y enceguecerme,
descubro la profunda carne que puebla mis días,
cuando el presente es un don,
gloria brillante,
campanillas en las voces del aire,
que estalla, estalla rama fértil del invierno
en esta caducidad de todo.
Bebo cuando me alumbras
deslumbramiento secreto
como al ángel imposible que bebe su reino,
de espacios que se secan, que florecen
aún caídos, dolientes y no se doblegan.
Hemos rodado con las cabalgaduras
cuando se estrellaba un siglo en las últimas aguas.

¿ Quién llegará a relevarnos
desde el fondo de una quimera
que un ramo de Dioses desentierra?
Territorio ñ